Mirada infinita

Mirada infinita

Ojos que bajaron del cielo,
pareciera que el sol se reflejara en ellos
y una mirada que retumbó los corales al otro lado del océano.

Quién pudiera tener la dicha de saber qué piensas?

Como en una nube te veo, con un canto que salió
de las plumas que estaban debajo del nido
y un sol que brilló entre las nubes.

Sintiese yo como que te conociese,
pero tú, protagonista de mis sueños,
princesa de arena y ave de humo,
eres la que inspiras mis días.

Quién pudiera tener la dicha de saber qué piensas?

Una música se entreveró con mis pensamientos
y detrás de la colina, una esperanza.

Cuando te vi:
vida nueva, rayo de luz que guió mi alma al edén,
eres un pedacito de cielo
que cayó como a las hojas el rocío.

Cuando te veo:
ternura de pronto!
Lluvia en la tarde, sensación estremecedora,
pareciera que hubieses salido de un cuento,

daría mi vida por conocerte.

Dónde quedó el amor.

Dónde quedó el amor.

En mi mano una ilusión y en mi pecho el vacío…

Fue tu mirada lo último que vi en el aeropuerto, signo de amor, abrazo al viento, promesas de aire y un amor que sabe el final de la historia… Un minuto más, quizás dos.

Ilusión que partió al mañana, vida que se sosiega con la esperanza, viaje que avizoró la perdida del cariño eterno… desde el otro lado del continente te amé… sentimiento excelso que sólo en tus ojos encontró su razón y sintiese que ahora sin ellos el camino se hace difuso.

Serás realmente feliz?

Tu felicidad, concepto y razón perseguida por mi una década de mi vida, yo te vi una vez peinarte frente al espejo, vi como el mar rompía en tus pies, de mi mano caminaste un día y te abracé cuando tuviste miedo… furia de repente, fuego en la tierra, fuego en el mar, huracán en el castillo de naipes y cataclismo en el alma!

Momento abstracto que apunta al sinfín, melodía de amor que se desangra a los pies de este poema, la lluvia ha llegado a mi sin refugio y sintiese yo que tu amor no fue fuerte.

Para mi, amarte fue taparte en la noche porque sentí que tenías frio, noches que yo tenía frio también.

Amarte era mirar a través de tus ojos para poder escoger lo que a ti te gustaba,
amarte era ser tus oídos, era que mi sangre fluya con tus latidos, era, sentir que el cuerpo estorbaba al alma en un abrazo… un segundo más, quizás dos.

Yo vi mi vida caerse ese día, vida desahuciada, desasosiego, tristeza intrínseca que en la distancia encuentra su delirio, exageración de penas, tristeza profunda, tristeza en el alma.

Un día nos prometimos amor eterno y ahora no sé por dónde empezar…
Y fue tu mirada lo último que vi en el aeropuerto, signo de amor, abrazo al viento, promesas de aire… esa fue la última vez que la vi.

Hoy sin ti, me pregunto, dónde quedó el amor?

Vida tácita

Vida tácita

Mi mundo duerme en tu pecho y tu amor en el vacío del silencio.

Cuánta felicidad tendrás en los momentos que yo creía conocer?

Derrame de emoción que sólo en las lágrimas encuentra sosiego, sepultura de amor que con tu recuerdo trepana el alma y vida que sin la tuya no encuentra el sendero.

A veces, me siento a los pies de la cama y mirando tu espacio vacío
pienso si tú piensas lo mismo, a veces.

En el desamor sentí tu presencia y le canté al infinito tan fuerte como para que mi voz llegue a tus oídos, sin embargo, la soledad ha llegado a mi y sintiese yo no poder más seguir cantando… por más fuerte que apreté tu mano, se soltó.

Vida tácita que encuentra en el dolor su calma, vida inerte que sin tu presencia se inmola,
vida captiva que lejos de ti sintiese que las fuerzas les son cortas.
Eras tú la que escuchaba mis canciones en las mañanas y hoy eres un espacio vacío que atiborra nuestro hogar, hogar simbólico, hogar desahuciado, hogar del ayer.

En el silencio te escuché, con esa ironía que desarraiga los robles al otro lado del continente,
así te escuche, perturbada por tus propias preguntas, así te escuché.
Y tus palabras calaron más profundo que el mismo universo.

Yo te esperé un día con el corazón abierto y hoy sintiese que esta vela no soportará más el viento.